La salsa tiene sus orígenes en la música cubana. Durante su formación, recibe dos aportes básicos. Por un lado, los españoles, conquistadores del nuevo mundo, introdujeron la estructura melódica e instrumentos de cuerda pulsada; y, por otro, de África, a través de los negros esclavos, quienes al conservar sus costumbres y tradiciones aportaron a la música ritmo, creación de tambores y otros instrumentos percusivos, además de la estructura de cantos basados en la alternancia entre un cantante solista y un coro. Al darse la fusión de dichas culturas se origina un proceso de transculturación, el cual es nutrido también por la influencia de culturas como la francesa, la china, la haitiana, la jamaiquina y la mexicana, y de manera un poco más indirecta la italiana en el siglo XIX y la estadounidense en el siglo XX con ritmos como la Bomba, la Plena, la Samba, el Jazz, etc. De toda esta mezcla surgieron los géneros musicales más influyentes en la salsa tales como el Son, el Danzón, la Rumba, el Mambo, pero es importante enfatizar que la columna vertebral de la salsa es el Son cubano. El Son comenzó a popularizarse a partir de 1892 en los carnavales del oriente de Cuba, y se ejecutaba con un instrumento rustico de tres cuerdas dobles y una caja de madera llamado Tres, el cual se ha convertido en su símbolo hasta el día de hoy. Los instrumentos originales del son fueron: el tres; la guitarra, como manifestación concreta de la cultura hispana; el bongo, que aportó la concepción de la interpretación politímbrica; las maracas y la clave, normalmente ejecutadas por el cantante; y, finalmente la marímbula y la botija, que fueron sustituidos por el contrabajo en los predios urbanos. En el Son se da un sincretismo musical: en cuanto a los instrumentos, entre los percusivos africanos y los de cuerda pulsada españoles; y, en lo referente al aspecto vocal entre décimas españolas y el canto alternado entre coro y solista de origen africano. Entre las agrupaciones que marcaron el estilo que distingue al Son cubano están el Sexteto Habanero, el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro y el Trío Matamoros. Estos grupos incluyeron una trompeta además de los instrumentos originales que caracterizaban al Son. En los años 40, aparece Arsenio Rodríguez, quien incluye en su orquesta un piano, una tumbadora y 3 o 4 trompetas, similar a lo que realizan actualmente los conjuntos musicales. Años más tarde, Arsenio decidió viajar a Estados Unidos y desde allí, contribuyó a impulsar el Son cubano y consecuentemente la Salsa.. El Son continuó su auge de la mano de orquestas como la Sonora Matancera y la orquesta Aragón entre muchas otras y en 1945 apareció el máximo intérprete de este género de todos los tiempos: el gran Benny More , referente obligado para todo salsero. La influencia del Son se trasmitió de Cuba a otros países del Continente tales como: Venezuela, Colombia, Puerto Rico, República Dominicana y Estados Unidos y en cada lugar adquirió personalidad propia. El término Salsa no se usó sino hasta finales de los años 60. Dicho término fue inventado por las casas discográficas en Estados Unidos para referirse al sabor y al picante del son latino que se ejecutaba en “El Barrio” y en el South Bronx. Se comenzó a llamar Salsa a la música de Rey Barreto, Bobby Valentín, Hector Lavoe , Willie Colon, Ismael Miranda, Adalberto Santiago, Tito Puente, entre otros. El término Salsa se hizo popular por el neoyorquino Jerry Musucci, fundador de Fania Records, el mayor productor de grabaciones de la música bailable latina hasta los años 80. A partir de estas fechas, la popularidad del merengue dominicano causó un declive en la preferencia por la salsa, situación que cambió a partir de los años 90 con la reaparición de los músicos cubanos con nuevas propuesta y sonoridades que han enganchado a millones de personas en todo el mundo |
Dicen que la palabra tango es anterior al baile y que por el año 1803 figuraba en el diccionario de la Real Academia Española como una variante del tángano, un hueso o piedra que se utilizaba para el juego de ese nombre. Pero ya en 1889 la institución normativa de la lengua incluía una segunda acepción del tango como "fiesta y baile de negros y de gente de pueblo en América". Sin embargo, debieron pasar casi 100 años para que el diccionario definiera al tango como "baile argentino de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro, difundido internacionalmente". Otros estudiosos de la música ciudadana argumentan que el vocablo es propio de las lenguas africanas que llegaron con los esclavos al Río de la Plata y cuyo significado sería "lugar cerrado". Es muy probable que tango sea una voz de origen portugués introducida en el nuevo continente a través del dialecto criollo afro-portugués. Al comparar tango y tambo, Blas Matamoro afirma que ambas son onomatopeyas del tam-tam o candombe utilizado en los bailes negros. Más aún, en dialecto bozal la expresión era "tocá tango" o "tocá tambó" (toca el tambor) para iniciar el baile. El lugar de reunión de los esclavos, tanto en África como en América, era llamado tango. Y así nombró Buenos Aires a las casas de los suburbios donde, a comienzos del siglo XIX, los negros se encontraban para bailar y olvidar temporalmente su condición. De fecha imprecisa y origen aún más incierto, hay teorías que remiten a sus raíces negras y otras que aseguran su origen inmigratorio. Lo cierto es que a mediados del 1800, los conocidos conventillos de la pujante ciudad de Buenos Aires se llenaban de paisanos del interior, "gringos" recién bajados del barco y varios porteños de pocos recursos que, quizás para diferenciarse o para generar arraigo, marcaron con impulso propio las nuevas expresiones populares. Mezcla de códigos cerrados y con lenguaje particular, el tango germinaba en las casas de baile, orillaba el Riachuelo, los boliches de carreros y cuarteadores, los conventillos del barrio sur. Por esos años, muchos de los inmigrantes venían solos y las pocas mujeres que venían se encontraban en las academias o en las casas de citas. La Buenos Aires de los '80 poco a poco se descubría en las academias y en los teatros. En las comedias, zarzuelas y otras obras, los actores empezaron a cantar y bailar tango. Las academias, también llamadas peringundines, funcionaban sólo bajo autorización en los suburbios o barrios alejados del centro y, si bien en principio eran sólo para hombres, después incorporaron mujeres contratadas para bailar. Los guapos, compadritos y malevos se encontraban en el Café Sabatino, el Almacén de la Milonga y el Viejo Bailetín del Palomar. En los boliches de la calle Necochea de La Boca, empezaba a escucharse esta música alegre, juvenil y pícara que, bajo el ritmo del dos por cuatro, ejecutaban Rosendo Mendizábal, Eduardo Arolas, Angel Villoldo y otros autodidactas que componían sin conocer las partituras. El tango dejaba de ser exclusivo del arrabal para internarse poco a poco en el centro de la ciudad. Los organitos callejeros lo difundían por los barrios donde era común ver parejas de hombres bailando en las calles. Esencialmente porteño, muchos escritores consideran que el tango de finales del '80 combinaba varios estilos de música. En él estaría involucrada la coreografía de la milonga, el ritmo del candombe y la línea melódica, emotiva y sentimental de la habanera. Pero también recibió influencia del tango andaluz, del chotis y del cuplé, a los que se agregan las payadas puebleras y las milongas criollas. Se cree que el primer compositor de tango fue Juan Pérez, autor del tango Dame la Lata. Sin embargo, es muy probable que hayan existido otros autores y canciones anteriores. Además de la obra de Pérez, las primeras composiciones fueron El Tero y Andate a la Recoleta. Si bien sus orígenes todavía polemizan las mesas de café de los tangueros, no se discute el prestigio y reconocimiento que adquirió internacionalmente. Como toda auténtica expresión artística, el tango desentraña nuestra inextricable condición humana, revelando el espíritu porteño. Quizás debido a esta verdad, vive en los barrios de Buenos Aires y en las academias de Japón, en las calles de París y en los centros culturales neoyorquinos. |
El ballet se originó a finales del siglo XV, a partir de los números de danza que se representaban en los festines de las cortes italianas. Estos elaborados espectáculos que aunaban pintura, poesía, música y danza, tenían lugar en espaciosas salas que se utilizaban tanto para banquetes como para bailes. Su contenido era normalmente alegórico-mitológico. El ballet de corte alcanzó su cumbre durante el reinado de Luis XIV (1643-1715), cuyo apelativo de Rey Sol derivó de un papel que ejecutó en un ballet. Muchos de los ballets presentados en su corte fueron creados por el compositor ítalo-francés Jean Baptiste Lully y el coreógrafo francés Pierre Beauchamps, a quien se atribuye la determinación de las cinco posiciones básicas de colocación. Fue Marie Anne Camargo quien acortó las faldas y empezó a usar zapatillas sin tacón, para exhibir sus pasos y saltos. Su rival, María Sallé desechó el corsé y se colocó túnicas griegas para bailar Pigmalión . A pesar del virtuosismo de los bailarines franceses, los coreógrafos que trabajaban fuera de París consiguieron una expresión más dinámica en sus ballets. Fue John Weaver quien eliminó las palabras e intentó transmitir sentido dramático por medio de la danza y el gesto. En Viena se dio a conocer la pantomima. La danza en puntas empezó a desarrollarse , aunque los bailarines se ponían de punta sólo unos instante ya que aún no se habían inventado las zapatillas de punta dura. Finalmente hay que destacar el esfuerzo cubano en el desarrollo del ballet con su Ballet Nacional de Cuba, fundado y dirigido por Alicia Alonso. |
Más que un género musical; este estilo de vida surge en la década de los 70’ en Nueva York. Florece a raíz de fiestas que se solían hacer en los barrios negros de la ciudad, en las que había música y baile. Los ritmos que más gustaban eran soul, funky o disco. Pero cuando acababa la percusión, los que ponían los discos (que hoy en día conocemos como Dj's) aislaban los ritmos y los cantantes (Mc's actuales) seguían recitando e improvisando sobre esas bases. El emceen, que es de donde viene el "término MC" o como lo llamamos hoy en día rap o raggamufin viene de una tradición africana que se conserva en Jamaica y que fue llevada al N.Y. en los 70s por el DJ jamaiquino conocido como Kool Herc. El emccen de esta época en la música jamaiquina se basaba en decir frases para animar al público, esto haciéndolo sobre los "dubs" o parte instrumental de los discos. Kool Herc lo adapta a la música de moda en Nueva York. Durante toda la década de los 80' y parte de los 90' se pensó que el Hip-Hop sólo era una moda pasajera y que desaparecería. Pero todo lo contrario. No sólo no ha desaparecido, sino que varios estilos de música han salido de él: mainstream, gangsta rap, electro hop, Hip-Hop latino (desde sus comienzos el Hip-Hop ha guardado una relación muy estrecha con la comunidad latina de Nueva York)... En la década del 2000 ha cobrado muchísima fuerza y se ha extendido por todas partes del mundo gracias a artistas internacionales como el propio Eminem. |
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